En las últimas décadas, el mundo ha experimentado una serie de cambios significativos entre los cuales se destacan profundas transformaciones económicas, sociales y culturales, especialmente en la organización del trabajo, en la relación de las personas con el mundo tecnologizado y los avances científicos, en el acceso a bienes y servicios, en la distribución del tiempo y en la vida privada.
Paralelamente, estos cambios han llevado aparejados diversas consecuencias nocivas en el ámbito de las relaciones humanas, de la salud y de la calidad de vida de las personas, entre otras, que han influido significativamente en el uso del tiempo libre y, particularmente, en la concepción y ejercicio de la actividad física como elemento importante del auto-cuidado personal.
Uno de estos efectos ha sido el alto y creciente grado de sedentarismo que afecta a gran parte de la población mundial, particularmente a la población adulta y adulta mayor, debido a su necesidad de adecuación a los requerimientos de la vida moderna que imponen entre otros, al menos, dos cambios relevantes en la cotidianidad de las personas: la adquisición y aumento de hábitos alimenticios hiperbólicos y la poca o nula práctica de actividad física.
FUNDAMETACION
El interés por investigar este tema surgió, en primer lugar, al observar y constatar que, en Chile, a medida que las personas entran a la vida adulta, comienzan a asumir modos de vida estresantes que desmejoran su calidad de vida, con vías de escape que, precisamente, no son las más adecuadas para su salud y, por ende, para su sobrevivencia. De este modo, la actividad física sería un elemento poco considerado para ellas en sus rutinas, incluso adjudicándoles beneficios recreativos o simplemente estéticos.
Por otra parte, son evidentes en la población los crecientes índices de obesidad y enfermedades asociadas, debido principalmente a los hábitos sedentarios y a una alimentación con exceso de calorías, factores que generan efectos nocivos para la salud y el estado físico de los individuos, así como también consecuencias negativas en su vida laboral. Un ejemplo de aquello es la gran cantidad de personas con enfermedades laborales, o la gran demanda de licencias médicas, en los últimos años.
Particularmente a la sociología le concierne desentrañar estos fenómenos desde una perspectiva comprensiva, indagando en aquellos aspectos socioculturales y/o micro sociales que los coproducen dentro del contexto ya señalado. De este modo, la información obtenida aportará conocimientos relevantes que complementarán aquellos saberes acumulados en base a estudios realizados con enfoques de otras disciplinas.
Beneficios de la actividad física en los diferentes grupos poblacionales
Niños y adolescentes
| Evidencia alta |
| Mejora la condición muscular y cardiorrespiratoria |
| Mejora la calidad ósea |
| Mejora los biomarcadores cardiovasculares y metabólicos |
| Mejora la composición corporal |
| Evidencia moderada |
| Evidencia moderna |
| Reduce los síntomas de depresión. |
Adultos y adultos mayores
| Evidencia alta |
| Disminuye el riesgo de muerte prematura |
| Disminuye el riesgo de ataque al corazón |
| Disminuye el riesgo de hipertensión arterial |
| Disminuye el riesgo de perfil lipídico adverso sanguíneo |
| Disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 |
| Disminuye el riesgo de síndrome metabólico |
| Disminuye el riesgo de cáncer de colon |
| Disminuye el riesgo de cáncer de pecho |
| Previene el aumento de peso |
| Facilita la pérdida de peso, sobre todo cuando se combina con una ingesta reducida de calorías |
| Mejora la condición muscular y cardiorrespiratoria |
| Previene las caídas |
| Reduce la depresión |
Las recomendaciones sobre actividad física para la salud establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo principal objetivo es prevenir las enfermedades no transmisibles (ENT) mediante la práctica de actividad física en el conjunto de la población, como la “Physical Activity Guidelines for Americans” establecen que la realización de 150 minutos semanales de actividad física moderada aeróbica provee de los beneficios anteriormente mencionados para la salud de las personas. Estudios recientes muestran evidencia incluso de que una menor cantidad de ejercicio, la equivalente a 15 minutos diarios de actividad moderada, es decir, la mitad de las recomendaciones propuestas por la OMS, ya reduce la mortalidad o aumenta la esperanza de vida, aunque los primeros beneficios empiezan a aparecer con tan solo 60 minutos a la semana. No obstante, por mínimo que este sea, siempre es mejor algo de actividad física que ninguna.
Los beneficios de realizar actividad física aparecen tanto en la población sana como en personas en riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, con enfermedades crónicas o discapacidad. También aparecen a cualquier edad, independientemente del sexo, raza, etnia o peso corporal.
No obstante, el papel de la actividad física continúa siendo subestimado a pesar de toda la evidencia que existe de sus efectos protectores de la salud y de la disminución de los costes sanitarios provocados por los niveles actuales de inactividad física a nivel mundial.
Desde la revolución industrial, el desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido a las personas reducir la cantidad de mano de obra física necesaria para realizar muchas tareas de la vida diaria. Así como la disponibilidad de nuevos aparatos ha ido aumentando, los efectos de la mano de obra física y el gasto energético humano han crecido hasta incluir muchos aspectos de la vida de más gente. Los efectos de estas tecnologías en la actividad física son obvios (motores de vapor, gas o eléctricos; trenes, coches y camiones), mientras otras son más sutiles y complejas (por ejemplo, la televisión, el ordenador, el entretenimiento electrónico, Internet, los aparatos de comunicación sin cables). El uso de estas tecnologías ha conseguido el objetivo de incrementar la productividad individual del trabajador y reducir los sufrimientos y discapacidades causados por las arduas tareas que implicaban los trabajos.
A pesar de que la revolución tecnológica ha tenido un gran beneficio en las poblaciones mundiales, ha devenido un mayor coste en términos de contribución a la inactividad física a la epidemia mundial de las ENT.
Las transiciones sociales y económicas que afectan a la población pueden tener un gran efecto en la salud, así como en los hábitos saludables. Por ejemplo, el rápido desarrollo y los drásticos cambios sociales en muchos países latinoamericanos en los últimos años se han reflejado en una rápida transición de la desnutrición y las deficiencias en micronutrientes a la sobre nutrición y obesidad, así como en una población envejecida y un aumento de la prevalencia de las ENT.
En cuanto a la actividad física también se ha relacionado con el desarrollo particularmente evidente y preocupante de los países de ingresos bajos y medios, donde las actividades ocupacionales, domésticas y de transporte relacionadas con la actividad física pueden contribuir más al gasto energético global que el que tienen las actividades recreacionales, de ocio o de tiempo libre.
LA PROMOCIÓN DE LA SALUD BASADA EN EL ENTORNO
Este modelo de promoción de la salud basada en el entorno se centra en cinco parámetros:
– Demografía: es necesario conocer la población que habita en el entorno (sus características, creencias en salud, valores culturales y factores de riesgo). Si no, no será posible detectar sus necesidades específicas.
– Infraestructura: la infraestructura en la que la población habita afecta tanto su salud como su bienestar, ya sea por el acceso, la calidad del aire, la estética…
– Organización cultural: los valores culturales del contexto tendrán que tenerse en cuenta en cualquier proyecto de promoción de la salud basado en el entorno.
– Características sanitarias: cada entorno tendrá determinados parámetros de carácter médico al que tendrá que prestarse especial atención como el estrés o el uso de sustancias tóxicas.
– Relaciones con la comunidad: hay contextos que permanecen aislados de su entorno y otros que mantienen una relación más allá de sus fronteras físicas con otras comunidades.
PROMOCIÓN DE LA SALUD MEDIANTE LA PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA.
El amplio reconocimiento de los riesgos para la salud y de la carga para la salud pública asociada de la inactividad física ha estimulado el desarrollo de los esfuerzos de promoción de la salud en la población.
Tal y como hemos visto, actualmente la investigación en salud pública sugiere el uso de un enfoque socio-ecológico para conseguir que esta elección de realizar actividad física sea la opción fácil, e incluye acciones en todos los niveles de la sociedad: individual, interpersonal, organizativo, comunitario y político.
Las estrategias existentes en el nivel comunitario se pueden resumir en cinco: campañas publicitarias dirigidas a la comunidad, clases de educación física, enfoques que aumenten el alcance de las intervenciones a nivel individual, intervenciones que aumenten el soporte social y programas que creen o potencien el acceso a espacios donde poder realizar actividad física.
La motivación, dentro del ámbito de la actividad física y el deporte, es considerada como el producto de un conjunto de variables sociales, ambientales e individuales que determinan la elección de una actividad física o deportiva, la intensidad en la práctica de esa actividad, la persistencia en la tarea y el rendimiento.
El estudio de las motivaciones permite conocer por qué algunas personas eligen una determinada actividad y los factores que determinan la permanencia o abandono de esta elección.
